Los juguetes y la desigualdad

Nos encontramos en pleno periodo navideño, y como no podía faltar en una sociedad consumista como la nuestra los regalos se sitúan en primera línea mediática. Otro elemento que también asumimos sin detenernos a analizarlo es el reparto de colores y roles género. Una desigualdad que las niñas y niños experimentan desde los primeros momentos en los que comienzan a tomar conciencia.


Sin embargo, en los últimos años y gracias a la capacidad que tienen las redes sociales de dar voz a personas que no tienen acceso a los grandes medios de comunicación, el movimiento feministas está criticando duramente este tipo de desigualdades. Tanto es así que las pasadas navidades, la juguetería Toy Planet, comenzó tímidamente a romper los estereotipos introduciendo a niños en la sección de niñas y viceversa. Este año, han dado un paso más y han incluído en su catálogo a niños con síndrome de down.


Catálogo de Toy Planet 2016/2017


En este punto podemos observar una tendencia que me alegra poder observar. La eliminación de estereotipos y roles de género y la inclusión de personas de diversas razas, con discapacidad, etc. Son elementos que están intentado cuidar empresas como Carrefour o Imaginarium en sus catálogos.


Catálogo de Carrefour
Catálogo de Imaginarium


Mientras que podemos observar como algunas otras empresas todavía están ancladas en estos mecanismos que reproducen las desigualdades, como por ejemplo Toys’R Us o El Corte Inglés.


Sección de niños del catálogo de Toys'R Us
Sección de niñas del catálogo de Toys'R Us

Sección de disfraces del Catálogo de El Corte Inglés

Quizá haya muchas personas a las que este tipo de crítica les parezca algo exagerado, algo radical o que incluso defiendan orgullosamente el color rosa como color femenino. Para estas personas debemos saber explicar porque la construcción de identidades femeninas débiles, relegadas al segundo plano, con tareas domésticas o sin poder realizar tareas que requieran la acción no es más que el inicio de toda una serie de mecanismos que configuran un rol en el cual la mujer es inferior al hombre en muchos aspectos, y no tiene la capacidad de agencia para superar sus problemas. Al igual que la asignación arbitraria del color rosa como color femenino, que no es opresor por ser rosa, sino por ser impuesto, por no formar parte de una libre elección de las niñas o los niños.


Esperemos que esta tendencia se mantenga y se expanda hacia el resto de empresas jugueteras españolas y del mundo.

¡Feliz Navidad Igualitaria!

Unknown

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